Últimamente se oye mucho hablar de psiconutrición y puede ser que, al ser un término nuevo que ni siquiera se recoge en la RAE, genere confusión.
¿Qué NO es la Psiconutrición?
La psiconutrición no se basa en comer ciertos alimentos según tus emociones o para lograr sentirte de una determinada manera. Por supuesto, la alimentación y nutrición son un pilar importante para nuestra microbiota (la cual reside en nuestro intestino, que es nuestro segundo cerebro) pero ese componente mágico directo en el que gracias a la comida («supuestamente correcta») se solucionan nuestros problemas emocionales/vitales, no existe.
Tampoco es un trabajo que pueda ejercer una sola persona, a no ser que tenga los grados en psicología y nutrición como formaciones legales habilitantes. Aún siendo así, sigue sin ser recomendable por la dificultad que supone diferenciar en consulta el trabajo de cada ámbito. Recordad que no existe la figura o título de «Psiconutricionista», ni es un tipo de terapia o un tipo de coaching nutricional.
No es un nuevo método para conseguir perder peso con estrategias psicológicas para controlar y tener más motivación y fuerza de voluntad. Intentar utilizar herramientas psicológicas para ayudar a cumplir una dieta para bajar de peso basada en la restricción y el control, no solo es disfuncional, sino también poco ético.
Las dietas no funcionan y son uno de los grandes factores de riesgo para desarrollar un TCA. Un profesional sanitario desde su labor de psicólogx no debería incitar en consulta formas de controlar la comida, sino ayudar a entender que una mala gestión de los pensamientos y emociones acaban volcándose en la comida.
El 95% de las personas que empezaron una dieta en algún momento de su vida, ahora, desearían tener el peso inicial con el que empezaron.
Tampoco es funcional utilizar técnicas de sugestión como comer con platos más pequeños o comer gelatina o chicle cuando se tenga ansiedad. Estas conductas pueden ser parches pero también pueden acabar generando una relación completamente disfuncional y patológica con la comida.
¿Entonces qué es la Psiconutrición?
Es el trabajo conjunto, como equipo, de dos profesionales sanitarios: Psicólogx y Dietista/Nutricionista.
En este trabajo conjunto se busca empoderar al paciente y que consiga una buena relación con la comida basada en:
- La comprensión de las causas que le han llevado a esa mala relación con la comida.
- El autocuidado físico y mental con herramientas de afrontamiento de problemas.
- La liberación de seguir constantemente unas normas rígidas a seguir respecto a la alimentación o ejercicio. Evitando así la mentalidad de todo o nada. Os pongo un ejemplo: «He fastidiado las pautas que tenía en mi mente comiendo unos bombones, ya aprovecho para comer pizza, kebab, hamburguesas y picoteo de todo tipo y ya el lunes empiezo».
- No categorizar moralmente los alimentos, siendo consciente de todos los factores que determinan salud y por lo tanto relativizando y evitando la culpa. Ésta está muy relacionada con comportamientos compensatorios potencialmente peligrosos para desarrollar un TCA como pueden ser: saltarse comidas o hacer ayunos muy largos, ejercicio extenuante, inducirse el vómito, tomar laxantes…
- Aprender a tomar decisiones conscientes desde el cariño por unx mismx y el propio cuerpo.
- Potenciar la escucha corporal para regular los mecanismos de hambre y saciedad.
- Aprender sobre gestión emocional para no volcar siempre las emociones en la comida.
- Obtener placer de una alimentación nutritiva para el cuerpo, generando estrategias que faciliten este fin, así como tener otras fuentes de placer además de la comida para tener calidad de vida.
- La comprensión de la conducta alimentaria (porqué comemos cómo comemos, qué hay detrás de nuestras elecciones y hábitos insanos…) y prevención de los TCA.
- La libertad de elección de alimentos congruentes con las necesidades de cada uno.
- El autoconocimiento de los propios valores, necesidades, fortalezas, creencias… Conectando con la motivación de buscar lo mejor para sí mismx.
- La reeducación y trabajo de creencias respecto a conceptos que se han visto desvinculados de su significado real en nuestra sociedad como son:
– La salud (que es holística y mucho más compleja que simplemente lo que comemos o nos movemos).
– Las dietas (y entender que la nutrición va más allá de ellas y que éstas solo son necesarias para personas con problemas de patología clínica).
– La gordofobia (el estigma/discriminación que solo empeora el problema de la persona gorda), la autoestima y su importancia para todo en la vida.
– La ansiedad por la comida.
– La realización personal.
– La aceptación corporal que no quiere decir conformismo o pasividad.
– El ego en nuestra sociedad tan influenciado por la superioridad moral de la delgadez y el sacrificio…
No os dejéis engañar por los perfiles «profesionales» que se suman al carro de la moda para vender, como lobo con piel de corderito, otra forma de restricción, control o prohibición envuelta con el halo de salud.
Ya sabemos dónde acaba eso: ansiedad, descontrol, frustración, estrategias de compensación, baja autoestima, depresión, obsesión… Eso no es salud. La salud física sin salud mental, no es salud.